Una Responsabilidad Personal Con Impacto Colectivo


La economía de un país puede verse afectada por muchos factores, sean estos propios del comportamiento del mercado nacional o un efecto de la conducta internacional, los cuales finalmente se ven reflejados en índices como la importación, exportación, el precio del dólar, del petróleo, acciones, el PIB, entre otros factores cruciales para la toma de decisiones de todos los sectores impactados.

En efecto, las determinaciones económicas de un estado tienden a contemplarse desde todos los ángulos posibles, buscando que dichas resoluciones produzcan un impacto principalmente positivo; la manera en que está concebida la economía a nivel mundial no dista mucho de las recomendaciones divulgadas constantemente por expertos para el manejo de las finanzas personales.

Pensamiento Estratégico Como Clave Del Éxito

La economía es comprendida por muchos como aquella ciencia encargada de hacer el mejor uso posible de los recursos; los países tienen claridad de los bienes que poseen y los factores a los que están expuestos, y así mismo, cada vez se habla más de la necesidad de implementar estrategias y pensamiento crítico para un ámbito más individual como lo son las finanzas personales.

Todos somos parte activa del mercado, día tras día interactuamos en un ciclo de oferta y demanda, como trabajadores entregamos a las empresas un conocimiento específico a cambio de un salario que nos permite acceder a productos y servicios que cubran nuestras necesidades básicas, de ocio, entre otras. Sin embargo, no tenemos unas bases o herramientas que nos sirvan para manejar nuestras finanzas correctamente.

A modo de ejemplo, son pocos los colegios que destinan dentro de su currículo un espacio para la formación en economía, mucho menos finanzas personales; y al acceder a la educación superior, en muchas ocasiones solo aquellos que se hayan decantado por una carrera afín a la economía y las finanzas, son quienes conocen y ponen en práctica estrategias para monitorear y organizar su capital.

Si bien es cierto que las personas están acostumbradas a distribuir su sueldo entre las diferentes necesidades, no obstante, son muchos los ejemplos de familias e individuos que no han tenido un aprendizaje básico sobre el manejo del dinero, y cuyos conocimientos son el resultado de un sistema educativo donde la formación en finanzas es escasa.

Esa misma sociedad está acostumbrada a sostenerse gracias a créditos otorgados tanto en las tiendas de barrio, para el mercado diario, como en aquellos que implican un mayor compromiso con entidades bancarias y cooperativas, los cuales se adquieren con el objetivo de satisfacer la persecución de un ideal de crecimiento que se materializa en una casa propia, un carro o una moto; pero sin poner en práctica un pensamiento estratégico y tácticas que les permita condonar sus deudas de manera rápida y efectiva.

Un Impacto En Nuestras Vidas Y Un Impulso Para El Futuro

Debido a este tipo de situaciones, que en muchas ocasiones derivan en la adquisición de más y más deudas, el concepto de finanzas personales ha cobrado una mayor relevancia en nuestro entorno y se han implementado nuevas metodologías que permitan, a gran parte de la población, el acceso a este conocimiento.

En el ámbito universitario, por ejemplo, se ha optado por la introducción de materias como Costos y Presupuestos, Microeconomía y Estrategia, en el pénsum de carreras pertenecientes a las ciencias sociales y humanas, medicina y todas aquellas que antes no las incluían o solo las ofrecían por medio de las llamadas materias optativas; así mismo, muchas instituciones de educación básica secundaria y media también están brindando a sus alumnos nociones básicas de finanzas personales, pero estas continúan siendo minoría.

A pesar de estos esfuerzos, y como se relataba anteriormente, nos encontramos en un país altamente marcado por la desigualdad social y económica, donde el acceso a la educación primaria y básica secundaria que provee el Estado no siempre cuenta con este tipo de currículo, y un porcentaje de quienes culminan satisfactoriamente el bachillerato no cuentan con medios para acceder a la educación superior.

Pero la responsabilidad frente a esta problemática no recae únicamente en las entidades educativas; en la era del internet de las cosas, las comunicaciones y la web, cada día se tiene acceso a múltiples dispositivos que no solo cuentan con redes sociales para conectarnos, sino con todo un portafolio de conocimiento a nuestro alcance. 

Bibliotecas en línea, espacios y medios de acceso a internet con información de múltiples campos del conocimiento, entre ellos finanzas personales y economía, además de un sinnúmero de aplicaciones para la consulta de artículos académicos, clases online, plataformas para videollamadas, blogs y redes colaborativas, son solo algunas de las posibilidades que se encuentran en la web. Esta es una época en la que, aun reconociendo las limitaciones de muchas poblaciones, se cuenta con espacios para facilitar esta labor y están a disposición de los usuarios.

En consecuencia, este es un tema de consciencia colectiva, ya que tanto el Estado como las instituciones educativas, estando al tanto de la situación actual, deben realizar un esfuerzo para comenzar a educar a los profesionales del futuro con un pensamiento más crítico sobre el manejo de su propias finanzas. Igualmente, este es un compromiso personal, ya que cada uno cuenta con las herramientas para educarse, investigar y velar por su estabilidad financiera, pensando en términos de corto, mediano y largo plazo.

El estilo de vida, estrato socioeconómico, gastos e ingresos de cada individuo son diferentes, por esto mismo es cada uno quien puede identificar con mayor precisión la mejor manera de distribuir su capital; pero si no se tiene desarrollada una conciencia de ahorro y pensamiento preventivo para el futuro, puede generarse una situación económica precaria.  No está de más el tener claridad sobre nuestro capital, la posibilidad que tenemos de generar ingresos extra por medio de inversiones, y estar al corriente de nuestras prestaciones de seguridad social y la gestión de los impuestos sobre la renta.

Por eso, el entendimiento de estas cuestiones nos permitirá entrar a monitorear el progreso de nuestras finanzas personales, ya que de allí podremos conocer a dónde va nuestro dinero, si en realidad invertimos en nuestro futuro económico o solo estamos añadiendo gastos, deudas innecesarias y disminuyendo nuestro capital.

Si los niños y jóvenes son educados para garantizar su propio futuro y estabilidad económica, no solamente contaríamos con personas más preparadas en el mercado, sino con un país pensado estratégicamente para impulsar su oferta y concretar alianzas productivas para el crecimiento de la economía nacional, dependiendo cada vez menos de la importación extranjera y potenciando el emprendimiento y la construcción de un mercado interno sólido.

La responsabilidad individual impacta en el colectivo. Es el momento de tomar conciencia de la necesidad de pensar más en la manera en la que invertimos y gastamos nuestro capital. Así mismo, en las consecuencias que puede traer un adecuado manejo de nuestras finanzas y el compromiso con la adquisición de conocimiento que nos sirva como base, no solo a nivel personal sino también para el desarrollo de la economía nacional.



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