Finanzas Personales En Época De Pandemia


Separar lo necesario de lo innecesario

Si bien es cierto las finanzas personales en la actualidad se han vuelto tendencia para usar inteligentemente los recursos con que se cuenta, también es cierto que, el acceso al aprendizaje de estas modalidades financieras no está al alcance de todos y lo ordinario es vivir el día a día según las estadísticas nacionales sobre el comportamiento de la economía personal sin posibilidad de manejar ordenadamente los ingresos, con limitadas opciones  de ahorro y en una cultura de lo material, teniendo primacía de lo que no es esencial, acudiendo a lo que hoy en día es tendencia y no a las necesidades básicas; sin embargo, dado el problema mundial por el que está pasando la humanidad, las reservas, el ahorro, ser creativo y la búsqueda de apoyo económico o en especie al gobierno será la prioridad, dejando a un lado los impulsos de compra de lo que ahora no será necesario.

El factor más preocupante de la situación radica en que al estar confinados, la mayoría de las personas no podrán tener ingreso alguno, sobre todo quienes no poseen reservas económicas o un trabajo en el reducido sector económico que no ha estado tan afectado, por lo cual dependerá totalmente de familiares, amigos y del estado o en el peor escenario, quedará a la deriva y completamente desamparado. Una de las barreras que se suma a las finanzas de cada individuo es la imposibilidad de acceder a una asesoría y soporte, tanto personal como virtual, en este último aspecto, por no tener acceso a internet o no poseer ordenador. Igualmente, hay individuos por lo general adultos mayores, sin el conocimiento para usar tecnologías digitales, al menos para inscribirse en una página web, para que el estado conozca su necesidad, más aún sin haber estado previamente afiliado o inscrito en programas como familias en acción o ayuda para el adulto mayor.

El tiempo corre y no hay lugar para hacer cuentas, una premisa fundamental de las finanzas personales, donde se debe saber al menos cuáles son los gastos diarios, semanales, quincenales o mensuales, ni siquiera a destinar dineros priorizados para X o Y necesidad, ni hablar de pensar en un presupuesto, acceder a créditos, máxime sin historial financiero, codeudor o respaldo alguno. Sin tiempo, esperanza y mucha necesidad, los individuos comienzan a sentirse totalmente desamparados y a tomar decisiones sin medir las consecuencias. Salir a la calle al “rebusque” por comida, será la principal y única opción de muchos.

Sin Trabajo Ni Reservas.

Sin ser tan pesimistas, poniendo a prueba una suposición se podría decir que hay una reserva de dinero en “caja” que podría durar unos días, por lo que ahora lo fundamental es saber administrar de manera perspicaz la escasez y comenzar por racionar, acudiendo a una estrategia de finanzas personales muy efectiva; pero asumiendo por ejemplo que una familia conformada por cuatro personas, pareja con dos hijos menores, que tiene los medios tecnológicos para educarse financieramente, con acceso a crédito y con deuda sana; pero sin trabajo que les devengue un sueldo fijo, debe planificar detalladamente cuáles serán sus necesidades más vitales, ordenarlas destinando la cantidad de dinero para cada uno de los ítems y acogerse a las amnistías que por estos días ofrecen las entidades bancarias, ampliar plazos de créditos o buscar tasas de compra de cartera por debajo de las originales. Se deben buscar con rapidez alternativas de ingresos diferentes al del trabajo, por el cual ya no se reciben ingresos por medios digitales. Hay páginas de internet donde dan bonos alimentarios o en dinero con solo llenar una encuesta o identificar las habilidades manuales para construir artículos de interés, que se puedan vender mediante redes sociales o volverse más creativo ofreciendo en la web, clases de cocina, instrumentos musicales o hasta llegar a volverse influencer o YouTuber, de manera que el poco dinero que se pueda conseguir haga parte del valor destinado, para ese gasto priorizado.

Estos son solo dos escenarios de miles por los que pasan las personas, sin distinguir la clase social, aunque no sobra decir que hasta en las más altas de empresarios reconocidos, se están viendo afectados porque sus negocios están cerrados debido a la pandemia; pero que tienen reservas quizá para máximo dos meses según han dicho por los medios de comunicación, ya que según los últimos decretos del gobierno, están supeditados a no despedir sus empleados, con la esperanza de que el estado aplace y disminuya el valor de los impuestos. Definitivamente y sin tener el panorama claro de hasta dónde llegará la situación, solo los más afortunados económicamente, tendrán días y hasta meses de tranquilidad; mientras que el resto, no preceden de finanzas personales que puedan aguantar la incertidumbre que hoy se vive.



Buscar